jueves, 27 de noviembre de 2008

filatelia

Me gusta pensar en mí como una pieza de coleccionista,
como a un viejo sello postal con defectos de imprenta.
Efigie autoglorificante de momentos ya pasados,
el que no vale por su apariencia sino por su rareza,
raro pero conocido, errado pero interesante;
preservando mi anormalidad como mi único tesoro.
Ya perdí todo mi sentido pero conservo aún mis dientes.
Hace mucho que no tengo ningún uso práctico
aunque cada día este más ridículamente sobre preciado.
Pegarle el Inverted Jenny a un sobre o besarme a mí
pensando en llegar sin apuros al destino correcto,
es técnicamente gastar saliva en vano.

1 comentario:

Meminho dijo...

Las formalidades son ahora un mito, un eco del pasado con voz sarapastroza...