miércoles, 27 de enero de 2010

ya no quiero ser domingueño

Se lo juro por Dios que ya me harte de todo esta vara, ya no quiero ser de pueblo, ya no quiero tener acento ni reconocer a otros domingueños al otro lado de la mesa. Hace más de 10 años salí de Santo Domingo pero Santo Domingo no termina de salir de mi, compa.

Quiero jugar golf o tenis los sábados en la mañana, en un club de esos que están abiertos en el día no como Alcazar. El tenis se ve mucho más fino que el beis en el poli o las mejengas de los Abotagados en la plaza, tomando linaza esperando que abran el Cafetal.

Ya no quiero ser Azofeifa, quiero tener uno de esos apellidos extranjeros, fino, que se pronuncian distinto a como se escriben, ojala con dos puntitos un encima de las letras. Yo solo se usar esos dos puntos para escribir yigüirro y no me refiero a un pájaro, eso es domingueño para gay.

Quiero ir a pubs y lounges y pedir sushi o tablitas de quesos y embutidos, ojala que vayan de acuerdo con el vino (que no sea de nance), o a lo sumo unos nachos de pollo o buffalo wings; ya se me taponearon 4 arterias de comer queso de chancho, frito, bocas de pizuña y gallitos de Silverio.

No quiero picapiedras ni aunque los hagan con el pan de Valverde, ni ravioles del Pato Cansado, ni ilustrados de donde Cuyo, ni sorpresas de la pulpería del viejillo. Quiero ir a Pizza Hut o MacDonalds y que me lo lleven a dejar a mi casa, no tener que decirle a mami que vaya sacando los platas y sirviendo el fresco mientras voy a trae la jama a Heredia en lata.

Quiero usar pantalones blancos para ir a la playa (sin paletones), o bufandas, o zapatos italianos sin medias y que parezca que voy a pasear en un yate o a un concierto de Julio Iglesias. Quiero ser calvo, narizón y judío que es el look de moda entre las modelos de Tía Zelmira (que normalmente vienen de pueblos como el mío pero que hay que cambiar de bus tres veces para llegar).

Ya estoy harto que la computadora me subraye en rojo la mitad de las cosas que escribo, necesito aprender palabras que existan o comprar una computadora en domingueño.

No quiero ser borracho, escandaloso ni bronquero, no quiero hablar de hembras ni de carros; quiero hablar de ecología, o de fashion o de otras personas, de esas que se dice el nombre con el apellido pegado como si fuera un nombre científico.

No voy a emocionarme cuando veo tetas en tele, ni tender la cama de los moteles, ni gritar “puerto-puerto”, ni joder a los travestís de la bíblica.

Voy a cerrar Hi5 y abrir facebook, y ya luego lo voy a escribir FB y ahí voy a tener una carpeta de fotos que se llame viajes, con viajes de verdad no con el del día que fuimos a la Juntas o a acampar por la Central.

Ni siquiera puedo decir que seamos valientes solo porque nos andemos peleando a cada rato o nos tiremos de los arboles a las pozas, en realidad le tenemos miedo a las cosas más irracionales como el viejo de los ojos salidos, a la choza de los gatos, al Diablo, la Giganta y los demás payasos, o a los Arrancatroncas cuando legaban en bici afuera del cole.

Nunca supe de superman ni de batman, mis únicos ídolos era Sancho el carnicero, que mataba una res de un pichazo entre los ojos y Chocho, que medía metro y medio y una vez se bajo 78 birras en el Sámara.

Quiero ser un caballero y llevar a cenar a la luz de las velas a una muchacha linda y de sociedad, a un restaurante con concepto, con sillas que no parecen sillas y un 90% de ingredientes que no se consiguen ni en Pali ni en Rayo Azul. Quiero abrirle la puerta cuando salga y jalarle ese cubo pa que se siente y al final de la noche llevarla a casa y depositarle un suave beso de buenas noches.

No me importa que no se ría en toda la noche, ni que esas dos copas de vino me cuesten más que una caja de birras (no voy a pedir la tercera porque tengo que manejar, yigüirro), o que estás putas sillas sean incomodas como dormir con la prima rica, no me importa que la vieja solo me meta las manos al pantalón buscando el blackberry o que al darme ese beso esté pensando en un domingueño como yo solía ser. Que cagada, somos HOMBRES, no somos caballeros.

Si tan solo me hubieran criado con un poco de pedagogía, con estimulación temprana, Mozart para niños o el rollo de los niños índigo; tal vez habría desarrollado mis inteligencias múltiples y sería una persona con mayor sensibilidad y empatía. En cambio me sentaban desde los 5 años en la barra de los Pitufos o de Fellos a atragantarme con bocas y que los borrachos me hicieran preguntas de futbol; a la edad en que debía estar escuchando a Cri Cri me tiraba a Cutito Larrinaga y a Daniel Santos; ya a los 7 años le decía negrita a las saloneras.

Quiero ser elegante y distinguido, no tomar antes del medio día, pronunciar los diptongos y tener más sellos en el pasaporte que en la libreta de comunicaciones del Sama.

Yo quiero ser como usted que solo tiene lo mejor; quiero tener una casa como la suya, un trabajo como el suyo y un domingueño… como yo.

sábado, 9 de enero de 2010

conclusiones sobre la Costa Rica mediatica*

El otro día me pasó una cosa de lo más agradable, no vi noticias ni leí el periódico en todo el día.


Un poco por la dinámica de mi trabajo y otro poco por el masoquismo de mi elección profesional, estoy expuesto cada mañana a todos los periódicos de circulación nacional y a todas las rondas de noticieros, esto me ha llevado a ciertas conclusiones:

• Entre las personas que mueren en todos los conflictos internacionales en el mundo, las victimas del terrorismo y los que caen fallecidos por cualquier tipo de violencia social en Costa Rica; la humanidad está por acabarse en cualquier momento.

• La única forma de ascensión social está en el narcotráfico, trasiego de órganos, robarse cualquier préstamo estatal, peculado o prostitución VIP. Porque los empleados públicos y privados con costos pellizcan como un medio por ciento de aumento salarial cada año.

• El deporte, que solía ser un valuarte de esfuerzo y voluntad para vencer, se ha convertido en competencias de serrucho desde el camerino o la columna, olimpiadas de lanzamientos de chicles y evasión de cuotas obrero patronales con la Caja.

• Para alcanzar una sólida presencia en la páginas de espectáculos, no se esmere en ser un artista talentoso o contribuir a la cultura nacional con propuestas ingeniosas; mejor reclamele a su colega que le está quitando el marido (puntos extra si hay violencia física), grabase mientras se auto infringe placer, o pélese, pelarse está bien y le da una oportunidad de responder ingeniosas preguntas en la columna de al lado (¿Qué la conquista en un hombre?¿Si usted fuera cancha de fútbol como le gustaría que la podaran? etc. etc. etc.).

Ese día que les cuento fue extraño, vi a la gente trabajando, a madres caminando con sus hijos de la manos (desarmadas y sin guardaespaldas) o mujeres lindas (con todo y ropa), logre ver una Costa Rica tridimensional con cosas buenas y malas, talvez y hasta más buenas que malas. Al día siguiente agarre el periódico y salí regrese a la triste realidad mediática.

*Artículo escrito para la edición de noviembre de la Revista PH