Antes pasaban una serie que se llamaba “En busca de…”, en inglés la voz la hacía Leonard Nimoy y en español también era un tipo engolado, supongo que con orejas picudas, que conducía unos documentales de una hora en que se analizaba todo tipo de temas paranormales.
Específicamente esa semana analizaron a un personaje muy llamativo, el Conde de Saint Germain, un personaje esotérico multihabilidoso, que se dice formó parte de los eventos más importantes de la modernidad. A Saint Germain se le atribuye la creación de los rosacruces, la Revolución Francesa, la independencia de los Estados Unidos y hasta la derrota nazi en la Segunda Guerra.
Justamente por esos días pase por una compra y venta de libros y encontré uno que hablaba sobre el peregrino inmortal y lo relacionaba con la masonería y otro montón suposiciones de domingo, lo compre. Estaba esperando a alguien en la Plaza de la Democracia y se me sentó al lado una muchacha guapísima, onda hippie pero muy guapa.
Ella noto que estaba leyendo “La santísima trinosofia” de Caillot, y me dijo que el Conde de Saint Germain era uno de sus personajes favoritos, comenzamos a hablar, ella estudiaba teatro por ahí (no le dio el promedio para estudiar física nuclear, supongo) y siempre había estado súper interesada en ese tipo de temas.
Yo era un chiquillo y el único misterio que me interesaba era que como quitarle esos trapos de preindigente que andaba. Definitivamente las locas tienen que ser ricas para reproducirse, esta lo era, tenía una sonrisa bonita; piernas y culo bien formados; tetitas pequeñas pero bien formadas y sin brassier, loco, se le veian todos los nipples, perro.
En ese momento me interesaba todo lo que tuviera que decirme, que el alma colectiva, que la música del mundo, que las dimensiones paralelas, puta, le habría creído hasta que se rasuraba. Y entonces me invitó a salir, jaja, así es, ella tenía como 5 años más que yo y me invitó a salir. Me dijo que se reunía un grupo de gente a hablar de eso temas en la Fundación de Organizaciones Voluntarias los martes en la noche.
Nos despedimos, yo regrese a casa con una sonrisota y a rajar con los compas, escogí a un par y les dije que me acompañaran a la vara, nos montamos a un bus, compramos dos paquetes de profamilia y nos mandamos. El bus nos dejo como a las dos tejas del lugar, caminamos un toque y ahí estábamos en el mítico templo de Calipso, donde Ulises y sus acompañantes se iban a regodear en sus paranormales excesos.
De entrada el panorama no era como lo esperábamos, habían señoras, señores, hasta un par de chiquillos, no estaba mi nueva amiga, ella llegó tarde cuando ya había comenzado a hablar el Contacto, si, el Contacto.
“Es muy bueno ver caras nuevas por acá – caras de pánico, por ejemplo- cada día más personas despiertan a la verdad revelada” Decía un hombre de aspecto normal, con una corbata delgada y zapatos sucios.
“Asumamos la posición de meditación”- La posición de meditación era con las piernas cruzadas, los brazos entre lazados y las puntas de los dedos unidas para que no se desperdiciara el flujo natural de energía. Cuando yo estaba haciendo las veces de contorsionista entró ella…
Entró ella con toda la familia, vestida con pantalones flojos a la cadera y un sweter tejido con diseño a lo Cesar Costa, a la par de ella venían la mamá, el papa y una serie de chiquillos de todas edades que se le guindaban de la mano, del sweter de Cesar Costa, de todo lado.
Después me enteré que la muchacha era de Turrialba y que fue criada dentro de una familia muy tradicional (loca pero tradicional), con la salva excepción de cuando venía a estudiar teatro y apantallaba a quinceañeros desubicados.
Yo continuaba absorbiendo la experiencia del universo mientras trataba de acercarme a la puerta, esta gente conoce su negocio y el momento en que notan que uno quiere irse le preguntan cosas para comprometerlo, el de la corbata delgada me preguntó- “¿Usted que quiere que diga su epitafio?”- Yo que putas se que quiero que diga mi epitafio, ya se que responder –No se, señor-
Entonces me estaba regañando cuando note que mis amigos e iban, yo quería salir corriendo pero el grupo se formo en una especie de circulo para darme una bienvenida astral, para celebrar que uno más despertó a los ojos de la verdad absoluta.
Yo me sentía más fuera de lugar que en el ginecólogo, yo me quería ir pero los desplazamientos de la gente nunca me dejaban una puerta al escape. Estaba sin amigos, con la loca que me quería coger convertida en una virgen de pueblo y con un contacto a punto de revelarme quien era su Ente Superior.
“Sentémonos todo juntos para escuchar el mensaje extraterrestre de la semana”- Así es, estábamos por escuchar el mensaje extraterrestre de la semana.
No tenía yo idea que los extraterrestres fueran tan apocalípticos y que necesitaran tanto de dinero para mantener sus naves vigilando, yo más bien me esperaba un “No hay problema, Willie” o “ET calling home” no se, eso de que el mundo va a llegar a su final debido a los errores de la gente está medio quemado.
-“Vamos a ver como les fue con sus ejercicios esta semana, ¿Ana que tal te resultó la proyección astral?”
–“Casi lo consigo puede ver mi cuerpo pero no pude proyectarme fuera de la habitación”
-“Enrique, vos lo conseguiste esta semana”-
-“Si, fui a visitar a mi Tia que murió hace 3 años”
Voy jalando…
Doy media vuelta y comienzo a avanzar hacia la puerta, me cierran el paso dos señoras y las driblo, avanzó hacia el portal… Me aparece un niño, casi le paso por encima… Al fondo escuchaba donde me llamaban para completar el ritual iliminati de los perfectibilista, sigo… Mano en el hombro, sigo… a cinco pasos de la puerta, sigo… Bloqueo místico de los anillos de Saturno, sigo… Paso la puerta y la veo a ella, esperándome de frente como una aparición.
_”¿No te gustó lo que viste?”
-“Bueno si, pero es un poco tarde y mis amigos me están esperando”.
-“Ellos ya se fueron, no supieron ver la verdad”.
-Si, no todos están listos para ver más allá de lo aparente- Realmente tengo que dejar de pensar con la jareta y tengo que dejar de citar a los Thundercats.
-Yo creo que vos tenés un gran potencial- Se me acerco y me dio un beso, fue un besito pero para mi en ese momento había proyectado mi alma fuera de mi cuerpo hacía el set donde se estaba grabando la película de Emmanuelle.
Hable un par de minutos con ella, me despedí de todos y me fui.
Dichosamente me asaltaron a los 100 metros de ahí cuando regresaba a casa porque sino fuera por el miedo; estaría abogando por un Nuevo Orden Mundial basado en la paz, el amor, los extraterrestres y los sweters de Cesar Costa.
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1 comentario:
Eso pasa cuando se piensa con la de abajo pero ¡que carajos! a todos nos ha pasado alguna vez...
Excelente anécdota!
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