jueves, 4 de diciembre de 2008
el comisariato
Esta historia no es mia, se ha contado en las cantinas de mi pueblo desde hace muchos años y uno podría suponer que fue real, talvez exista un Coco envejecido por algun rincón todavía. Esta es la forma en que yo la cuento.
El tiempo camina diferente en los pueblos, los ritmos son diferentes, la gente se dedica a cosas distintas y son importantes otro tipo de vainas.
El centro del pueblo lo define el comisariato, resabio de los tiempos de la colonia que para mucho aun no han terminado, por un lado pulpería, a la par farmacia, en un lado de la barra una soda y cruzando una cortina la cantina.
“El que tiene perro que lo amarre; el que no, que no”, en lugares como este no hay mucho más que hacer que tomar, un contrabandito, el guarito de nance, un bombillito de chirrite y esas cosillas ayudan a pasar los días. Calientan el pecho aunque afuera el día este caliente, calienten los cachetes y calientan también la jupa.
Cuando toca apretar los dientes, hay pocos que se la vean venir a Coco, Coco era un bueno para nada, en realidad bueno para una sola cosa, era bueno para los pichazos.
Donde Coco pegaba no volvía a salir pelo, se la pasaba borracho desde enero hasta enero, caminaba solo de madrugada (12 es más que madrugada en un pueblo), y la gente se cambiaba de calle.
Coco tenia una legión de malvivientes que le reían sus matonadas, un poco entre miedo y un poco entre respeto, todos los días los podía ver en la cantina desde que comenzaba la mañana.
Un buen día apareció un muchacho, un muchachillo con una chiquilla al lado de la soda, se pidieron dos empanadas de papa y dos frescos de crema, saco la monedilla y pago, comenzaron a hablar, bueno, ella comenzó a hablar, el comenzó a mirarla.
Con solo esos ojos uno podría saber que el llevaba meses queriéndola invitar, que se había hecho de un valor inaudito para dirigírsele, para pedirle que sacara un ratito, tal vez paso por enfrente de la casa, se limpio los zapatos con el dedo para quitarle los chirriones de las piedras que había pateado como convenciendo a un pie de llevar el otro.
La camisa le quedaba grande, su ropa de chiquillo no le sentaba bien a una ocasión tan solemne, le robo al papa la camisa con la que iba a la iglesia y el peso con que pago los frescos.
Los ojitos le temblaban cuando la veía, también le temblaba esa sombrita precoz de un bigote arrepentido que invitaba al beso, uno nunca sabe, tal vez ese día le robaba un beso.
Ella era linda, el pelo le tocaba esas caderas de niña, inclinaba la cabeza como pidiendo permiso, sonreía con un frunce que desalineaba la constelación de pecas de sus rojizos cachetes, ninguno de los dos tenía la menor idea de donde poner las manos.
Coco tenía una idea más clara de donde poner las manos.
El la vio desde el otro lado de la barra, dio la vuelta desde la cantina y se mando por ella, se coloco entre los dos, le puso la mano rotando entre el muslo y el inicio de las nalgas, se parqueo con cara de sátiro, le vio las tetitas como quien come mango sele, se limpio el hocico y se volteo donde él.
Se rio, el muy hijueputa se le cago de risa en la cara, con ese aliento a chirrite y saliva vieja, lo enjachó con esos ojos vinagrosos de carcelero y se le paro de frente.
Se volteo donde el cantinero:
-Póngame dos copa llenas- Le dijo mientras su manada de callejeros le reían la gracia
Metió los dedos en el fresco de crema y le dijo- Se lo toma con pajilla, y no me arrugue la carita porque si me arruga la carita lo vergueo-
El chiquillo agarro la pajilla, se le llenaban los ojos de agua mientras chupaba ese guaro pa dentro, forzaba la expresión a mantenerse tiesa, tiesa, tiesa, pa que no lo verguearan. Termino el trago, se bajo del banquito, agarro a la chiquilla de la mano… la soltó, salió corriendo a la puerta y se quedo llorando esperándola.
Todos se reían mientras la muchacha se quito a Coco y trato de agarrarle la mano de nuevo, el no se dejo, salió caminado un par de pasos delante de ella, ella lo siguió.
En todo el comisariato no hubo una sola persona que le dijera a Coco lo mucho que se había pasado, nadie, nadie quería ponerse la leva con ese animal, la tarde prosiguió entre tapis y carcajadas, la mayoría del chiquillo, hasta un par de la chiquilla.
De un sopetón se abrió la puerta del comisariato, entro el chiquillo con la cara tiesa, dio la vuelta por la barra y se le paro en frente a Coco, se le quedo viendo directito a los ojos y con vos de mamulón le dijo al cantinero:
-Póngame dos frescos de crema, hasta arriba- el cantinero entre risas sirvió los dos frescos- póngale pajilla y apúrese que ando carrera-
Se lo empujo a Coco con el dedo y le dijo
-Se lo va a tomar y con pajilla- ahí se le quebró un poquito la voz- y si arruga la cara, lo mato-
Coco tallo los puños, todos los amigos tomaron distancia esperan que ese chiquillo saliera volando, en realidad ninguno de ellos había llegado tan lejos, Coco levantó la mano…
Coco agarró el vaso, agarró la pajilla y se tomo todo el fresco, en ningún momento arrugo la cara. Termino el freso, dio media vuelta y se fue a parar afuera, a donde amarran los perros.
El chiquillo se tomó su crema y salió del lugar, en ese momento nadie dijo nada, después salieron todos corriendo a donde Coco.
Todos le cayeron como zopilotes:
-¿Mae como se le ocurre, como va a dejar que ese mierdoso lo humille, ese chamaco que sabe de la vida? ¿Porque se dejo, idiota?-
Pobrecillos, los que no sabían nada eran los escandalosos, los advenedizos que vivían de la carroña del vergueador, Coco ya ni se acordaba como leer pero no era tonto, para ser malo hay que ser bien vivo. El había aprendido una lección que estaba dispuesto a enseñarles una vez y una vez nada más…
Mientras el respeto del grupo se le iba de las manos apaleado por ¿Porques? Coco levanto la vista y les dijo
-No había nada que hacer, ese chiquillo traía el brillo de la muerte en los ojos-
jueves, 27 de noviembre de 2008
filatelia
como a un viejo sello postal con defectos de imprenta.
Efigie autoglorificante de momentos ya pasados,
el que no vale por su apariencia sino por su rareza,
raro pero conocido, errado pero interesante;
preservando mi anormalidad como mi único tesoro.
Ya perdí todo mi sentido pero conservo aún mis dientes.
Hace mucho que no tengo ningún uso práctico
aunque cada día este más ridículamente sobre preciado.
Pegarle el Inverted Jenny a un sobre o besarme a mí
pensando en llegar sin apuros al destino correcto,
es técnicamente gastar saliva en vano.
jueves, 20 de noviembre de 2008
saint germain
Específicamente esa semana analizaron a un personaje muy llamativo, el Conde de Saint Germain, un personaje esotérico multihabilidoso, que se dice formó parte de los eventos más importantes de la modernidad. A Saint Germain se le atribuye la creación de los rosacruces, la Revolución Francesa, la independencia de los Estados Unidos y hasta la derrota nazi en la Segunda Guerra.
Justamente por esos días pase por una compra y venta de libros y encontré uno que hablaba sobre el peregrino inmortal y lo relacionaba con la masonería y otro montón suposiciones de domingo, lo compre. Estaba esperando a alguien en la Plaza de la Democracia y se me sentó al lado una muchacha guapísima, onda hippie pero muy guapa.
Ella noto que estaba leyendo “La santísima trinosofia” de Caillot, y me dijo que el Conde de Saint Germain era uno de sus personajes favoritos, comenzamos a hablar, ella estudiaba teatro por ahí (no le dio el promedio para estudiar física nuclear, supongo) y siempre había estado súper interesada en ese tipo de temas.
Yo era un chiquillo y el único misterio que me interesaba era que como quitarle esos trapos de preindigente que andaba. Definitivamente las locas tienen que ser ricas para reproducirse, esta lo era, tenía una sonrisa bonita; piernas y culo bien formados; tetitas pequeñas pero bien formadas y sin brassier, loco, se le veian todos los nipples, perro.
En ese momento me interesaba todo lo que tuviera que decirme, que el alma colectiva, que la música del mundo, que las dimensiones paralelas, puta, le habría creído hasta que se rasuraba. Y entonces me invitó a salir, jaja, así es, ella tenía como 5 años más que yo y me invitó a salir. Me dijo que se reunía un grupo de gente a hablar de eso temas en la Fundación de Organizaciones Voluntarias los martes en la noche.
Nos despedimos, yo regrese a casa con una sonrisota y a rajar con los compas, escogí a un par y les dije que me acompañaran a la vara, nos montamos a un bus, compramos dos paquetes de profamilia y nos mandamos. El bus nos dejo como a las dos tejas del lugar, caminamos un toque y ahí estábamos en el mítico templo de Calipso, donde Ulises y sus acompañantes se iban a regodear en sus paranormales excesos.
De entrada el panorama no era como lo esperábamos, habían señoras, señores, hasta un par de chiquillos, no estaba mi nueva amiga, ella llegó tarde cuando ya había comenzado a hablar el Contacto, si, el Contacto.
“Es muy bueno ver caras nuevas por acá – caras de pánico, por ejemplo- cada día más personas despiertan a la verdad revelada” Decía un hombre de aspecto normal, con una corbata delgada y zapatos sucios.
“Asumamos la posición de meditación”- La posición de meditación era con las piernas cruzadas, los brazos entre lazados y las puntas de los dedos unidas para que no se desperdiciara el flujo natural de energía. Cuando yo estaba haciendo las veces de contorsionista entró ella…
Entró ella con toda la familia, vestida con pantalones flojos a la cadera y un sweter tejido con diseño a lo Cesar Costa, a la par de ella venían la mamá, el papa y una serie de chiquillos de todas edades que se le guindaban de la mano, del sweter de Cesar Costa, de todo lado.
Después me enteré que la muchacha era de Turrialba y que fue criada dentro de una familia muy tradicional (loca pero tradicional), con la salva excepción de cuando venía a estudiar teatro y apantallaba a quinceañeros desubicados.
Yo continuaba absorbiendo la experiencia del universo mientras trataba de acercarme a la puerta, esta gente conoce su negocio y el momento en que notan que uno quiere irse le preguntan cosas para comprometerlo, el de la corbata delgada me preguntó- “¿Usted que quiere que diga su epitafio?”- Yo que putas se que quiero que diga mi epitafio, ya se que responder –No se, señor-
Entonces me estaba regañando cuando note que mis amigos e iban, yo quería salir corriendo pero el grupo se formo en una especie de circulo para darme una bienvenida astral, para celebrar que uno más despertó a los ojos de la verdad absoluta.
Yo me sentía más fuera de lugar que en el ginecólogo, yo me quería ir pero los desplazamientos de la gente nunca me dejaban una puerta al escape. Estaba sin amigos, con la loca que me quería coger convertida en una virgen de pueblo y con un contacto a punto de revelarme quien era su Ente Superior.
“Sentémonos todo juntos para escuchar el mensaje extraterrestre de la semana”- Así es, estábamos por escuchar el mensaje extraterrestre de la semana.
No tenía yo idea que los extraterrestres fueran tan apocalípticos y que necesitaran tanto de dinero para mantener sus naves vigilando, yo más bien me esperaba un “No hay problema, Willie” o “ET calling home” no se, eso de que el mundo va a llegar a su final debido a los errores de la gente está medio quemado.
-“Vamos a ver como les fue con sus ejercicios esta semana, ¿Ana que tal te resultó la proyección astral?”
–“Casi lo consigo puede ver mi cuerpo pero no pude proyectarme fuera de la habitación”
-“Enrique, vos lo conseguiste esta semana”-
-“Si, fui a visitar a mi Tia que murió hace 3 años”
Voy jalando…
Doy media vuelta y comienzo a avanzar hacia la puerta, me cierran el paso dos señoras y las driblo, avanzó hacia el portal… Me aparece un niño, casi le paso por encima… Al fondo escuchaba donde me llamaban para completar el ritual iliminati de los perfectibilista, sigo… Mano en el hombro, sigo… a cinco pasos de la puerta, sigo… Bloqueo místico de los anillos de Saturno, sigo… Paso la puerta y la veo a ella, esperándome de frente como una aparición.
_”¿No te gustó lo que viste?”
-“Bueno si, pero es un poco tarde y mis amigos me están esperando”.
-“Ellos ya se fueron, no supieron ver la verdad”.
-Si, no todos están listos para ver más allá de lo aparente- Realmente tengo que dejar de pensar con la jareta y tengo que dejar de citar a los Thundercats.
-Yo creo que vos tenés un gran potencial- Se me acerco y me dio un beso, fue un besito pero para mi en ese momento había proyectado mi alma fuera de mi cuerpo hacía el set donde se estaba grabando la película de Emmanuelle.
Hable un par de minutos con ella, me despedí de todos y me fui.
Dichosamente me asaltaron a los 100 metros de ahí cuando regresaba a casa porque sino fuera por el miedo; estaría abogando por un Nuevo Orden Mundial basado en la paz, el amor, los extraterrestres y los sweters de Cesar Costa.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
10 divagaciones
2. En 1991 Magic Johnson hizo público que era VIH positivo, tras su diagnostico fue seleccionado como jugador más valioso del Juego de las Estrellas y ganó medalla de oro en las Olimpiadas de Barcelona como parte del Dream Team; 17 años después Magic goza de buena salud. A Guillermo Lagos de 51 años, en un hospital del estado le amputaron el pie equivocado para luego tener que amputarle el otro pie y salvar su vida.
Conclusión: “Es peor ser pobre que tener SIDA”.
3. Conserve una calcomanía de la campaña de Obama para que en dos años se de cuenta que las cosas realmente no pueden cambiar.
4. Yo no juego a la lotería porque no me gusta perder.
5. Cual es la lógica de juntar un grupo de adolescentes particulares, a veces rechazados, a veces sobreprotegidos o temerosos: llevarlos a vivir a las montañas en la etapa en que están definiendo su personalidad y su sexualidad; hacer que prometan que nunca van a tener sexo y encerrarlos con 50 jóvenes en la misma condición. ¿Que cosa buena puede salir de eso?
6. He perdido completamente mi capacidad de dibujar monstruos.
7. Nunca he visto a ninguna feminista diciendo: El ladrón y la ladrona, el psicópata o la psicópata, los perros sarnosos y las perras sarnosas.
8. Como ultima petición de un desahuciado, cuando yo me muera quiero que me entierren en una rica.
9. ¡Qué viva Caro Quintero!!!!
10. Con el tiempo me he dado cuenta que tengo un organismo capaz de administrar mis labores corporales a comando, con la posibilidad de ponerme a dormir, hacer circular la sangre, ponerme a sudar, etc… El único problema es que responde de manera opuesta a lo que yo necesito, cuando quiero dormir no lo logró hasta 1 hora antes de tener que despertarme de nuevo, cuando trato de emborracharme me hace inmortal y justo cuando me puse una camisa ligera me hace sudar como tapa de olla.
Conclusión: Trato de hacer las cosas que menos me convienen para obtener el mayor disfrute posible.
martes, 11 de noviembre de 2008
semana santa
Aparte que la misa es recriminante y aburridísima; que el 90% de las monjas son amargadas y un poco repugnantes; que un importante numero de sacerdotes salieron sátiros y maricones; y como si ellos no pudieran repelerme por si mismos, el estado confesional les da una importante manita con la ley seca.
Es una tortura un poco degenerada eso de darte vacaciones justo el día que no podés comprarte una cerveza, ellos pretenden darme cinco feriados al año y hacerte desperdiciar dos viendo a unos tipos disfrazados del carajo de los condones pegarle a “Jesus” con unos palos pintados con spray dorado.
Este debe ser el inicio de una serie de historias desastrosas, como la mía, una línea de eventos que nublan la mente y te llevan a cometer actos desproporcionados, algunos se lo atribuyen a los vicios, a mi generalmente me pasan las pocas veces que estoy sobrio.
Esto sucede un miércoles santo antes de media noche, a eso de las 8 de la noche cuando ya el vértigo de las últimas horas de barra reñían con la total carencia de mujeres, cómodamente trasladadas a domicilios costeros para que otros hagan uso de sus abusos.
Yo no, mi total incapacidad para proyectar una fecha especial y mi imposibilidad de acumular alcohol si no es en mi estomago me llevaba a tomar desenfrenadamente buscando esperanzas hacia las 12.
Esa noche estaba con dos amigos míos, realmente no tan amigos entre ellos, lo cual hacia un poco más complicada la situación, habíamos entrado en la dinámica carcelera de quejarnos de la mujeres, de sus necedades, de sus cabronadas, de sus zorradas cuando sonó el teléfono, era una zorra cabrona y necia de esas que necesitábamos urgentemente.
Mi amigo atiende una llamada de unas muchachas que trabajaban en un bar en Coronado, cuando cerraban el bar iban a hacer una fiesta que prometía ser lo más hereje que se había hecho en semana santa desde la crucifixión de Cristo, mi amigo nos previno de la existencia de drogas ilícitas y posibles orgias lésbicas, no nos fuera a tomar desprevenidos la cosa.
Pasamos a un supermercado de esos de conveniencia, compramos dos litros de whisky 12 años, una bolsa de hielo, unos vasos plásticos y nos dirigimos al mostrador, todavía no sabíamos si iban a alcanzar los condones que ellos vendían –Dígame una cosa, ¿Esos condones aguantan como para cogerse 5 viejas hasta el Domingo de Resurrección? ¿Si me la lleno de cocaína y después me pongo el condón se dañan?- Esas eran las preguntas útiles, jamás aquello de ¿Dónde es la fiesta? O ¿Quién es la muchacha que nos invitó?
En el momento en que me senté en ese bar a esperar a las saloneras tenía una cierta sensación de inseguridad, es como el ese pequeño olor a Napalm con que se despierta todavía en Vietnam. La verdad es que algunas no estaban tan feas, esto podía pintar bien… claro.
Finalmente llego la municipalidad y nos fuimos al parqueo a esperar indicaciones… nos fuimos al parqueo, dos horas, a esperar indicaciones... Nos fuimos al parqueo, dos horas, con un grupo de maleantes que bailaban Dance Hall, a esperar indicaciones… Nos fuimos al parqueo a tomarnos nuestros litros y a autocompadecernos en 24 años de destilado escoses.
Ya casi a las 2 salió una de las muchachas, montó 4 cajas de cerveza a mi carro (realmente este debería ser el final de la historia) se subió con nosotros y nos empezó a guiar, siga por acá, ahora a la derecha, ahora izquierda, izquierda de nuevo, métase por esta callecita, pase a los piedreros, siga subiendo, cuidado con los huecos, siga subiendo, cuidado que la calle se pone estrecha, siga subiendo, parta un clavo con el culo, siga subiendo, parquee a la par de los carros modificados ahí donde se acaba el camino, bajen las cervezas y estamos.
No se veía tan seguro el tema de los estañones encendidos, tampoco me encantaba la pared con balazos ni la distribución de hombres a mujeres. Yo le suplicaba al cielo que ninguna de esas muchachas se fijara en mí, que me ignoraran como usualmente pasa, que notaran que no éramos ni de la misma especie.
No podíamos irnos porque teníamos el carro prensado, yo estaba pensando en hacerme una resortera con los doce millones de condones que trajimos, mi vida entera paso frente a mis ojos, entiendo que a Jesus le fue más gacho pero yo estaba identificado con él.
Unas muchachas nos agarraron de la mano y nos metieron de pleno al baile, “Dead man walking” así que en medio del salón, rodeados de trencitas y peluches; con mucho flow, blin blin y de gansta; con los reflejos mermados por el abuso de licor y los ojos llenos de terrenal arrepentimiento…
Que buena tafies compa, ojala el otro año armen otra así, al suavitel, pero con mops menos pura mierda, al chile!!! Ya a las 7 de la mañana todo el mundo iba jalando.
Que el señor se apiade de nuestras almas y nuestros higados.
viernes, 7 de noviembre de 2008
el bus
En ese tiempo trabajaba en el centro de San Jose, el edificio al que me presentaba no tenía campos de parqueo así que aprendí a viajar en bus todas las mañanas y de regreso por las tardes.
El servicio de buses no era terrible, pasaban cada par de minutos, me encontraban a los 50 metros de mi casa y me bajaba a los 100 metros de mi trabajo. Evidentemente las maquinas eran un asco y la gente mucho más, detalles que son especialmente incómodos cuando uno lleva dos horas de sueño y un litro de vodka de beso de buenas noches.
El camino no era tan largo así que no me podía dormir entonces veía a la gente, en un ejercicio natural trataba de imaginar el rollo de cada uno, bueno de los que me interesaban.
Me comenzó a llamar la atención una pareja joven, ellos esperaban el bus en la misma parada que yo así que asumo que vivían cerca, al principio el llegaba primero y ella luego, después llegaban juntos.
El me recordaba muchísimo a un compañero que tuve en tiempos colegiales, se llamaba Cristian y le decíamos panadero, siempre asumí que el se llamaba Cristian. Ella era una Eugenia, definitivamente una Eugenia, se veía un poco mayor que él, claro que él me recordaba un compañero de colegio , tenia un rostro totalmente juvenil, siempre bien rasurado y peinado al lado.
Ella era guapa, usaba ropa interior de esas aburridísimas que se le marcaba como cuatro nalgas encima de sus pantalones de oficina, unos 4 tal vez 5 que le conocí, en la tarde creía que se iba a morir bajo esos sweaters de lana pero en fin, una pareja que esta comenzando una nueva vida no tiene demasiado dinero que invertir en ropa.
El tampoco tenía tanta variedad de atuendos, siempre usaba camisa de manga larga y corbata, el uniforme del oficinista, con el botón del cuello siempre ajustado y las mangas sin pliegues.
Lo interesante es que parecían amarse muchísimo, ocasionalmente alcanzaban a sentarse juntos pero la mayoría del tiempo se sentaba ella y el se queda al lado, constantemente tocándose, no morbosamente sino como jugueteando, se agarraban de los deditos o el le pegaba con el lado del puño en el hombro, fatal.
Apostaría que se conocieron en la pastoral juvenil y que lo de ellos no era mucho el sexo, no digo que no lo hicieran, seguro que si lo hacían porque siempre estaban sonriendo como si estuvieran en opio, lo que digo es que no han de haber sido particularmente escandalosos.
Pero siempre sonreían, casi nunca hablaban, solo sonreían, yo no alcanzaba a entender ¿Como alguien puede sonreír a las 7 de la mañana? ¿Como alguien puede sonreír con ese calor y con ese olor?… pero ellos siempre sonreían, a ellos que les importaba los rollos de Kosovo o lo de las focas arpas, ellos sonreían.
Conforme pasaba el tiempo yo estaba más harto de mi trabajo y ellos más sonrientes, creo que ella se compro un par de pantalones nuevos como de un verde limón, el seguía idéntico a panadero, para hacer más fuerte mi crisis, atrasaron una hora para aprovechar más las horas de luz, ¿Quien putas quiere tener más horas de luz cuando puede tener más horas de sueño?
Un día paso algo curioso, no era la primera vez que pasaba pero me llamo la atención, por la tarde “Cristian” subió solo, se sentó adelante mío y su nuca me daba la impresión que no estaba sonriendo, no lo vi pero lo sentía.
No pasaba por nada extraño pero al día siguiente volvió a subirse solo por la mañana, estaría enferma, habría encontrado un mejor trabajo, no se. En la tarde lo volví a ver y me sorprendió terriblemente que se hubiera aflojado la corbata, de hecho se había soltado el último botón de la camisa.
Los siguientes días fueron complicados, el botón nunca volvió ser abrochado, la corbata más jalada, las mangas primero a dos vueltas, después a tres. Empezaba a notar una sombra de barba, de unos tres días quizás, eso le restaba mucho su aspecto juvenil.
Ahora andaba despeinado, ya no sonreía, recostaba la cabeza al vidrio, al vidrio!!! Ella no aparecía por ninguna parte, una vez la vi en la Avenida Central y sonreía- ¿Cómo podés hacerle esto?¿Como pueden hacerse esto?- pensé.
Yo había depositado toda posibilidad de relación feliz en ellos, ¿Si ellos no lo lograban como lo iba a lograr yo? Ellos no tienen vicios, ellos creen en Dios, van a misa juntos, puta, se conocieron en la pastoral. A ellos se les da Titanic, en su aniversario van a la Princesa Marina, están pagando el préstamo de la tele nueva; yo no tengo eso ¿Cómo lo podría lograr yo?
Ella era bonita, lo suficiente como para que el la considere divina pero no tanto como para que alguien se vaya a empecinar en quitársela, el era un babyface, tenía una cara de monaguillo impresionante, es decir, la tenía; ahora se parecía cada vez más a mi.
A la tarde la vi subir al bus, con el pelo mojado, paso el trompo esperando que el de atrás le pagara, yo sentía que estaba profanando ese sagrado recinto ¿Como podía seguir sonriendo?
Sobre su hombro saltó un puño menudito que le dio un par de golpecitos, inmediatamente después del puño venia una manga abotonada y pegada a esta estaba él, rasurado, peinado, encorbatado y sonriendo.
Yo quería llorar, hasta sollozaba, bendito sea el cielo y bendita sea su ropa interior aburrida que le iban a arrancar más tarde. Se sentaron juntos en un asiento a unas tres filas del mío, no pude evitar pasarme a las espaldas de ellos y decirles: No me vuelvan a hacer esto muchachos, no saben lo difíciles que han sido estos días para mi.
Ellos respondieron con un obvio: ¿Quién es usted? Yo solo pude decirles que era alguien que los quería mucho y les deseaba lo mejor en su vida.
Ya no viajo en bus al trabajo, ya no los veo ni me interesan pero me alegro verlos un día de estos en un Peugeot de esos pequeñitos, me les quede viendo y me saludaron, en realidad me sonrieron.