miércoles, 10 de noviembre de 2010

¿cómo?

¿Cómo me olvido los caminos de una separación silente pero mutua? ¿Cómo me faltan las palabras para decirte que no entiendo que ruta tomamos desde el vernos y sentirnos, al intuirnos y ladrarnos? Como extraño a una persona que hoy me sienta mitológica.


Es otro adiós silente, otra bofetada a las santas posibilidades que nos fueron acordadas, otro adiós silente acompañado de un te odio silente, de un te añoro silente, de un te pude haber amado silente

Crucémonos de acera si nos vemos, ya nada de esto tiene sentido, morimos los dos un poco en esta fría neutralidad de los que se pudieron amar y hoy no pueden nada, ni siquiera odiarse

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada vez que lo leo, más me gusta.

brujademar dijo...

es una sensación conocida.

Hace unos años, esta sensación yo la escribí así:


Lo que sigue es la nostalgia, evitar lugares comunes que podría ser el mundo por unas semanas, huir de los dolientes boleros. Sufrirse los mismos domingos de 2 a 6. Disimulos, despistes, secretos que juramos no develar. Lo juro. Lo cumplo. Cosas de esas. Disecar estas partes que no duelen ni me pesan, estas cosas que en el día de su funeral ni pa qué mencionar, si es que no quiero tener un cliché más en la colección de clichés que fuimos. No voy a hablar bien del muerto.
Descansá en paz. Véteme.