lunes, 16 de marzo de 2009

la piramide de lazo

Leí en el periódico un anuncio en donde se solicitaban periodistas, publicista, relacionistas públicos, sicólogos, sociólogos, expertos en marketing, administradores, y cualquier tipo de desempleado. Ofrecían crecimiento inmediato, grandes estímulos económicos, agradable ambiente laboral, horarios flexibles, viajes, capacitaciones, etc, etc, etc. Y después de 6 meses dos etc. más.
A cualquier persona con sentido común se le habría ocurrido que eso no podía ser cierto, pero cuando usted es un joven licenciado en periodismo y desempleado, el sentido común le queda guindando.
Me apersone a la entrevista con una corbata prestada, una camisa grande, pantalones gastados y zapatos informales (el uniforme de la primera entrevista), cuando aparecí, ya la fila era de unos 50, algunos similares a mi, otros mayores, todos con cara de desesperación.
Después de recoger nuestros currículos (el mío podría haber venido en una servilleta) y posiblemente tirarlos de inmediato, empezaron el proceso de inducción, el líder de este grupito era un mexicano parecido al ratón Crispín, el empezó a conversarnos sobre la importancia del ingles mientras yo pensaba: “Que mal, este trabajo requiere negociaciones en ingles y mi idioma esta algo herrumbrado”
No mucho más tarde me di cuenta que el negocio era vender esos cursos de ingles, el salón se había vaciado casi por completo y solo quedábamos la carne de cañón, los que caímos en el canto de las sirenas, los que pensamos que verdaderamente en 6 meses íbamos a estar comprando el Mercedes. No me fije al momento que el señor estaba manejando un corolla del 88 con un vidrio reparado con bolsa plástica.
Una vez que acepte el puesto, o me gané el puesto, nos dividieron en grupos. Había tigres, leones, osos y nuestro grupo, los delfines, este era un intento más para destruir mi autoestima, los delfines son más gays que el porno gay. Mi jefa era una negra mal encarada que me recordaba una maestra negra que había tenido en segundo grado de escuela.
Con el paso del tiempo todos comenzaron a vender excepto yo, evidentemente. Ellos te daban un papel en donde te escribían tus palabras para no tener que pensar:
Usted sabía que el idioma ingles es vital para desempeñarse en el mundo actual…
Que la mayor parte del mundo se comunica en ese idioma…
Que es una importante herramienta para aspirar a los mejores trabajos (como el mio)…
Que el 100% de los capítulos de Seinfeld fueron grabados en ese idioma, que es la lengua de Madonna, que cool se dice en ingles, que sirve para entender las etiquetas de Kool Aid, bla bla bla…
El rollo era contactar a alguien por teléfono, pedirle una cita, sino por lo menos 5 contactos, cuando llegaras a la cita atraparlo hasta que aceptara firmar el dineral que costaba la carajada.
Claramente lo de los contactos se prestaba para bromas entre amigos, el producto era verdaderamente difícil de vender, era caro, era irreal, intangible y muy choteado. Estas empresas piramidales han basado su sistema en contratar a imberbes que le vendan sus primeros contratos a su círculo familiar y después renuncien al no poder hacer lo mismo con extraños.
Pero para conseguir eso necesitan un poco de motivación adicional, ahí es donde entra el Señor Lazo….
El Señor Lazo es una especie de gurú de los negocios, a veces se decía que de Perú, a veces de México, a veces de Xanadú. El visitaba el país ocasionalmente, dejando una lluvia de leche y miel tras sus pies, juntaba un grupo de destacados vendedores y se los llevaba a una charla motivacional a el Hotel Fiesta, con su respectiva borrachera y culeadera entre los empleados.
Anunciaban la llegada del señor Lazo con un par de mese de anticipación, los empleados viejos cuentan como lo conocieron en Panamá, o como el les regalo una pluma de oro (que nunca vi), nos leían mensajes de fax, fotos de sus oficinas en Miami, y otras señales mesiánicas.
Solo teníamos que vender 5 paquetes, eso era todo, 5 paquetes y escalaríamos a la cima del sabio de la montaña que abriría nuestras mentes a oportunidades protohumanas de enriquecimiento lícito
Nos reuníamos dos veces al día, hacíamos dinámicas de juegos, baile ¿Mencioné que le habíamos compuesto canciones a el Señor Lazo? (Procura visitarnos más, y no reparo de lo que venderé)
Pasados dos semanas sin vender, mi autoestima estaba explorando nuevos niveles de subterranismo, yo me veía al espejo y me detestaba, me reclamaba:
-Éramos alguien, teníamos sueños ¿Por qué nos estas haciendo esto?
No existe sensación más frustrante que la de estar sobrecalificado para un puesto y aún así, no poder desempeñarlo.
Pasados los días, mi odio se propagaba y empezaba a odiarlos a todos, con sus estúpidas sonrisas, con sus corbatas de animalitos, sus pantimedias con carriles. Me invitaban los fines de semana a ir a bailar a Castro s, llevaban sus trastes llenos de arroz, frijoles, pollo en salsa, macarrones, ensalada y lo revolvían todo hasta formar una pasta irreconocible, algo así como el aspecto de mi dignidad por esos días.
Yo no salía corriendo por loca persistencia, no quería renunciar hasta haber vendido un plan, y no quería embarcar a nadie conocido con una pelotudez de estas, así que todos los días me sentaba al teléfono, marcaba y leía:
¿Usted está consciente que el ingles….
Un día marco un numero de forma casi inerte, y pregunto, buenas ¿Este es el teléfono de… Emilio Bruce?
-Si señor
-¿Usted esta consciente de la importancia del ingles?
-Si señor, como presidente de la Cámara de Empresarios debería de estarlo
-¿Como esta su manejo del idioma ingles?
-Mire muchacho, yo estudie en EEUU, diariamente hablo en ese idioma, escribo en ese idioma, hasta pienso en ese idioma.
-Pero incluso para una persona que sabe hablar inglés es preciso actualizarse (leído, obviamente)

Ya no quisiera continuar con el tema que todavía me da vergüenza, todavía me siento tristemente estafado, el primero en la cadena de estafados y tratando de arrastrar a otros conmigo.
Mi familia me decía a diario que renunciara, que ya surgirían otras oportunidades, me atendían desde un rendija de la puerta, me hacían ir 5 veces a finiquitar un contrato de alguien que siempre supo que no lo iba a tomar, me gritaban, me jodian, se me reían en la cara… Esto realmente no es una critica contra ese trabajo, es realmente un sentido homenaje, los vendedores en pirámide son héroes anónimos, dispuestos a hacer el ridículo para que usted no lo tenga que hacer, luchando todos los días contra los malos modos de la vida, salvándose del suicidio cada vez que venden un miserable plan que les da 10 mil pesos.
El último día regrese tarde de almorzar a una carismática congregación laboral que me esperaba con una especie de intervención, explicándome como hacia falta un poco más de esfuerzo para sacar las cosas adelante, ahí di mi brazo a torcer, despedace todos los contratos que llevaba paseando una semana, me arranque mi gafete de delfín, borre mi nombre de la lista de lo “podemos hacer más”, camine hacia la puerta y libere mi mes y medio de frustración con un grito del alma, con una absolución de la pena, con los ojos en fuego y las mangas arrolladas les dije:
“¡EL SEÑOR LAZO NO EXISTE!!!!!”

8 comentarios:

César B. dijo...

Me sorprende cuanta gente cae, por necesidad o ingenuidad, en estos fraudes "piramidales". Hoy podemos ver casos como un tal Travel One que son un verdadero culto cuasireligioso al éxito (que nadie alcanza, solo el amadísimo líder y su séquito) que requiere todo tu tiempo, todo tu esfuerzo y casi ninguna -o ninguna- recompensa.

Cómo siempre muy bien tu post Mau.

brujadelmar dijo...

Creo que a mucha gente nos ha pasado alguna vez, lo que pasa es que la experiencia se enfila de inmediato en la lista de secretitos a no revelar jamás...

La ganancia es poder contarlo tan bonito, al menos!

:(

manolo_elmas dijo...

Uh, cuánto me suena el proceso y tu desesperación.... Yo vendí propiedad compartida -o hice como que vendía- y todo lo que relatas lo tengo aún bien fresco.
Como anécdota te contaré que ale mpresa contrató a un doble de la Infanta de España para que se paseara por las instalciones de complejo (eso sí, muy discretita y con gafas oscuras) para que los futuros pardillos compradores repararan en cuán importante gente tenía multipropiedad en ese spa. Lamentable, engañabobos y... mi dignidad por los suelos, ya que me lo creí todito todo, de arriba a abajo.
Eso sí, el último día de trabajo recuerdo que me planté delante de la "Infanta" y le solté: "Majestad, para ser usted infanta lleva unas sandalias bastante cutres", y salí por pies.

César González dijo...

Desconfío de todo lo que me ofrezca riqueza y libertad a borbollones, llámese ventas de pirámide, curso de neurolingüística, panadería colombiana o evangelio de la prosperidad.
O de las empresas calificadas que buscan personal calificado pero en cualquier vaina. Y desconfío porque vos y otros compas cercanos o me contaron, o escribieron, o los vi embarcarse igual. Hay algunos lugares que hasta te cobran una supuesta inducción... sigo soñando con volver a la pala, al arado y al campo alguna vez.O a la panga y la cuerda. Y poder vivir de ello tal vez no c on holgura, pero si con tranquilidad

Azopfeiffer dijo...

Yo tengo la respuesta para todas sus necesidades y espectativas financieras, solo les va costar 50 dolares para confeccionar los uniformes, somos una empresa que maneja recursos casi infinitos por eso nos reunimos en las mesas del fondo de McDonalds.

Me ha provocado mucha gracias la cantidad de gente que me ha escrito para decirme que se relaciona muy personalmente con esta historia, supongo que todos somos más credulos de lo que pensamos, vaya, hasta creemos en las mujeres!!!

brujadelmar dijo...

=/

Meminho dijo...

Bueno, creo que es mejor eso que trabajar para algún puto judío...Mazel Tov!

MaJo dijo...

jajaja q bueno q le contestara Emilio Bruce, me he reido tanto :)